Ser madre es duro.
Quien le diga lo contrario miente.
La maternidad es uno de los papeles más desafiantes y gratificantes que puedes asumir.
Es una montaña rusa llena de altibajos, pero merece la pena. Hay tantas cosas que me hacen querer tirar la toalla (quiero decir, literalmente), pero sigo adelante porque quiero a mis hijos demasiado como para no hacerlo.
No se trata sólo de las noches en vela, ni de la preocupación constante por si tus hijos crecerán bien adaptados y felices, ni siquiera de los pañales sucios, aunque sin duda son un problema.
También es el hecho de que ser madre te cambia la vida de tantas maneras que es imposible predecir lo que te espera a ti y a tu familia.
Aunque no queremos asustar a nadie para que no se convierta en madre, queremos ser brutalmente honestas sobre algunos de los aspectos más difíciles de este increíble viaje llamado maternidad:
Falta de tiempo
La falta de tiempo es un problema habitual de las madres primerizas. Hay que saber priorizar tareas, delegar trabajo y decir que no.
También tienes que dedicarte tiempo a ti mismo, aunque sólo sean cinco minutos durante la pausa para comer. Si no te cuidas, no podrás cuidar de los demás. Cambios físicos
Los efectos físicos del parto no son los únicos; tener un bebé también puede provocar cambios importantes en tu cuerpo.
Tienes que aprender a decir que no cuando alguien te pide ayuda o algo que te va a quitar tiempo. Hay que aprender a ser egoísta a veces, ¡porque tu familia es lo primero!
Estar cansado
Estar cansada es una parte normal de la maternidad, pero puede resultar difícil mantenerse despierta. Quizá tengas que recordarte a ti misma que dormir lo suficiente es importante para ti y para tu bebé. Aquí tienes algunos consejos:
- Bebe cafeína con prudencia: toma la cantidad justa para sentirte alerta sin nervios ni otros efectos secundarios.
- Duerme siestas siempre que sea posible: si estás pasando por la fase del recién nacido o tienes un niño pequeño que también necesita mucha atención (¡o ambas cosas!), esto te ayudará a mantener a todos contentos y sanos.
- Relájate con algunos remedios naturales como el aceite esencial de lavanda
Aprender a hacer malabares
Lo más difícil de ser madre es aprender a hacer malabarismos.
Hay que conciliar trabajo y familia, aprender a ser buena madre y encontrar tiempo para una misma.
Puede ser difícil compaginar la familia con los amigos y a veces no tienes más remedio que dejar a tus hijos con otras personas para que puedan asistir a actividades o incluso irte de vacaciones con toda la familia junta.
La presión de dar el pecho
La presión de la lactancia
Dar el pecho es un proceso natural, pero también puede ser muy difícil.
La sociedad te presiona para que lo hagas y parezca que te diviertes mientras lo haces.
La presión para no amamantar también puede hacer que las madres sientan que han fallado a sus bebés si deciden no hacerlo o no pueden producir suficiente leche para su bebé.
Hay muchas razones por las que las mujeres pueden decidir no amamantar a sus hijos: algunas han tenido malas experiencias con la lactancia en el pasado; otras no quieren tener más hijos o físicamente no pueden producir suficiente leche; otras se sienten juzgadas por familiares que piensan que la lactancia debería ser algo natural sin ningún esfuerzo por parte de la madre (o sin ningún dolor).
Cómo cambia tu vida
Es fácil mirar tu vida y pensar: «Tengo trabajo, pareja y amigos. Soy feliz». Entonces llega un bebé y de repente todo cambia.
Algunos de los aspectos más duros de la maternidad son:
- Tendrás menos tiempo para ti misma.
- Tus prioridades cambiarán respecto a antes de tener hijos: ¡ahora estarás pensando en ellos 24 horas al día, 7 días a la semana! No podrás salir tanto porque necesitas descansar demasiado, además de pasar tiempo con tu hijo o hijos en casa (que también es importante).
- Tendrás más responsabilidades sobre tus hombros que antes de tener hijos: ¡es un trabajo duro cuidar de otro ser humano! Dicho esto… sería aún más duro si no fuera tan gratificante 🙂
Ser madre es duro, pero merece la pena.
- Ser madre es duro, pero merece la pena.
- Ser madre es difícil, pero no imposible.
- Puedes aprender de otras madres y de sus experiencias.
Conclusion
Ser madre es duro, pero merece la pena.
Hay muchos aspectos de la maternidad que pueden ser difíciles, pero creo que lo más importante es recordar que no estás sola en este viaje.
Todos experimentamos diferentes dificultades en la crianza de los hijos y en ser madre, pero no importa cuáles sean: ¡siempre podemos apoyarnos los unos en los otros!
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