Los vehículos impulsados por hidrógeno son la alternativa más prometedora a los coches tradicionales de gasolina y gasóleo.
La idea que los sustenta es sencilla:
El hidrógeno es un recurso mucho más abundante que la gasolina o el gasóleo, y puede utilizarse directamente en un motor de combustión interna para generar electricidad para la conducción.
Sin embargo, el hidrógeno sigue siendo un tema muy controvertido entre los ecologistas por sus posibles fuentes de contaminación -si se produce a partir de combustibles fósiles- y porque nadie sabe cuánto dióxido de carbono se emitirá a la atmósfera si se extrae de las moléculas de agua mediante electrólisis u otros medios (que también requieren electricidad).
Cuando se trata de coches eléctricos y vehículos de pila de combustible de hidrógeno, la primera pregunta que se hace la gente es: «¿Cuál es mejor?»
Cuando se habla de coches eléctricos y vehículos de pila de combustible de hidrógeno, la primera pregunta que se hace la gente es: «¿Cuál es mejor?».
La verdad es que ninguna de estas tecnologías es perfecta.
Ambas tienen pros y contras, pero hay algunas diferencias clave entre ellas que pueden hacer que una se adapte mejor a tus necesidades que otra. Esto es lo que hay que saber:
Ambos tipos de vehículos tienen sus pros y sus contras, pero lo más importante a tener en cuenta es dónde vives y cómo conduces.
Ambos tipos de vehículos tienen sus pros y sus contras, pero lo más importante a tener en cuenta es dónde vives y cómo conduces.
Los coches de hidrógeno no son tan populares como los eléctricos.
Son más caros, con un precio base de unos 50.000 dólares, sin contar los incentivos o descuentos del gobierno.
Las pilas de combustible de hidrógeno también tardan más en repostar que las baterías: mientras que un coche eléctrico puede cargarse por completo en menos de dos horas (y a veces incluso menos), los vehículos de hidrógeno tardan unos cinco minutos en repostar en una gasolinera.
Sin embargo, algunos argumentan que estas desventajas no son razón suficiente para que las personas que viven en zonas urbanas como Nueva York o San Francisco no compren este tipo de vehículos porque, de todos modos, no los necesitarán muy a menudo.
Después de todo, ¡ambos tipos de coches pueden recorrer distancias más largas entre paradas de repostaje que los normales sin quedarse nunca sin combustible! ¿Y cuál de los dos produce menos contaminantes por kilómetro recorrido? Pues…
Los motores impulsados por hidrógeno aún están en fase de desarrollo. La mayor parte de la investigación sobre ellos se ha llevado a cabo en Europa, Japón y China.
Aunque los motores de hidrógeno aún están en fase de desarrollo, la mayor parte de la investigación sobre ellos se ha llevado a cabo en Europa, Japón y China.
La principal ventaja de las pilas de combustible de hidrógeno es que son más eficientes que los motores de combustión interna: convierten en electricidad alrededor del 30% de la energía procedente de la quema de combustibles fósiles, mientras que un coche eléctrico sólo convierte alrededor del 20%.
Esto significa que si conducimos un coche eléctrico con un paquete de baterías similar al que utiliza el Tesla Model S -400 kWh- necesitaríamos unos 10 kg de baterías de iones de litio por cada 100 km.
Un coche de pila de combustible de hidrógeno con un pack de baterías de 300 kWh sólo necesitaría 3 kg de materiales de almacenamiento de hidrógeno por cada 100 km recorridos.
Por ejemplo, Gran Bretaña tiene una larga historia con los vehículos impulsados por hidrógeno. Ahora hay seis estaciones de servicio de hidrógeno en el Reino Unido, con planes para construir 30 más de aquí a 2020.
Si vives en el Reino Unido, te estarás preguntando cómo hacerte con uno de estos vehículos.
Pues no es fácil. En la actualidad sólo hay seis estaciones de servicio de hidrógeno en el país, y está previsto que haya 30 más en 2020.
Es decir, menos de la mitad de los puntos de recarga eléctrica (más de 1.000).
La situación es mejor en el resto de Europa: Alemania tiene un centenar de estaciones; Japón, unas 40; y China, más de 100.
Eso deja a la gente que vive fuera de las grandes ciudades sin suerte si quieren comprar un coche de hidrógeno hoy porque no tienen acceso a una estación de servicio cercana.
Eso deja a la gente que vive fuera de las grandes ciudades sin suerte si quieren comprar un coche de hidrógeno hoy porque no tienen acceso a una estación de servicio cercana.
El hidrógeno es difícil de obtener en algunas zonas, y aún no existe infraestructura para transportarlo a largas distancias.
Aunque hay muchas estaciones de recarga de hidrógeno en California y Japón, hay muchas menos en el resto del mundo, lo que significa que si no estás cerca de uno de esos lugares, tu coche puede ser inútil a menos que planees conducir no más de 80 km al día (la autonomía de la mayoría de los vehículos eléctricos).
El coste de producir y transportar hidrógeno también podría ser prohibitivo si las compañías de combustible fijaran precios demasiado altos para intentar sacar beneficio de esta nueva tecnología antes de que se generalice lo suficiente como para que ya no les importe.
El problema de los coches eléctricos no se resolverá pronto, porque a los fabricantes de automóviles les lleva tiempo pasar de los motores de gasolina tradicionales a los que funcionan con energía eléctrica generada por baterías almacenadas a bordo del vehículo.
Pero algunos países lo están haciendo mejor que otros en cuanto a la transición de los motores de gasolina a los sistemas de propulsión eléctrica, así como a otras formas de tecnologías alternativas de almacenamiento de energía, como las pilas de combustible.
Los vehículos eléctricos emiten menos carbono y tienen más autonomía que los impulsados por hidrógeno, pero sólo si se cargan con fuentes de energía renovables, como paneles solares o turbinas eólicas.
Conclusion
Entonces, ¿cuál es mejor? La respuesta depende de dónde vivas y de la frecuencia con la que conduzcas.
Si tienes acceso a una estación de servicio de hidrógeno cerca de tu casa o de tu lugar de trabajo, un vehículo de pila de combustible tiene sentido.
Pero si todavía no tienes acceso a una de esas estaciones pero tienes en mente un coche eléctrico, entonces puede que merezca la pena esperar a que se generalicen antes de comprar uno, porque todavía hay menos estaciones de recarga que gasolineras en el mundo actual.
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