Hacer la papilla es bueno para tu hijo. Es cómodo y sabes exactamente lo que contiene su comida. Existen muchas recetas fáciles de hacer en casa.
Aquí tienes algunas de mis recetas caseras favoritas:
Sección: Puré de frutas
- Para hacer puré de fruta, necesitarás empezar con fruta fresca o congelada. Puedes utilizar cualquier tipo de fruta que te guste, pero asegúrate siempre de que esté madura y sea de temporada.
- Si utilizas fruta fresca, pélala y córtala en trozos pequeños antes de cocerla en un cazo a fuego medio con un poco de agua hasta que esté lo suficientemente blanda como para licuarla (normalmente 10 minutos). Si utiliza fruta congelada, descongélela antes de batirla.
- A continuación, pásalo todo a la batidora o al robot de cocina hasta obtener una mezcla homogénea; es posible que tengas que añadir más agua si la mezcla se espesa demasiado al batirla, ya que algunos bebés prefieren los purés más finos que otros.
- Si lo deseas, cuélalo con una gasa o un colador antes de servirlo (este paso no es necesario, pero te ayudará a eliminar las semillas).
- Por último, guarde los purés sobrantes en bandejas de cubitos de hielo cubiertas herméticamente con film transparente una vez enfriados durante la noche para que no entre aire y se estropeen antes de lo que permiten los métodos de congelación normales; estos cubitos pueden transferirse a bolsas de congelación una vez congelados para que nada se estropee antes de tiempo.
Sección: Puré de zanahoria y manzana
Puré de zanahoria y manzana
- Pela, lava y corta 1 manzana en trozos pequeños (puedes dejarle la piel).
- Poner en una batidora con 2 zanahorias grandes y batir hasta obtener una mezcla homogénea.
Si te sobra tiempo, pasa la mezcla por un colador para eliminar los grumos o la pulpa que hayan quedado al batirlo todo.
Así la papilla será más suave y fácil de digerir. Guárdala en un recipiente hermético en el frigorífico hasta el momento de servir a tu pequeño.
Sección: Puré de boniato y plátano
Para hacer el puré, primero tritura un boniato con un pasapurés.
A continuación, tritura la mitad de un plátano maduro con un robot de cocina o una batidora hasta obtener una mezcla homogénea.
Añada esta mezcla a los boniatos y mézclela bien.
Añada agua suficiente para diluir la mezcla hasta obtener la consistencia deseada; puede que la quiera más espesa para algunos usos (como la alimentación) y más fina para otros (como la congelación en cubiteras).
El producto final debe quedar homogéneo y sin trozos de fruta o verdura.
Sección: Puré de guisantes, ruibarbo y naranja
Puré de guisantes, ruibarbo y naranja
Esta es una buena combinación de alimentos.
El ruibarbo es una verdura, pero también tiene un alto contenido en vitamina C.
Los guisantes son frutas dulces y nutritivas fáciles de digerir para los bebés.
Las naranjas tienen un alto contenido en vitamina C, que ayuda a reforzar el sistema inmunitario del bebé y a fortalecer sus huesos. Si utilizas guisantes o naranjas frescos, asegúrate de quitarles los tallos antes de mezclarlos en esta receta de puré.
Sección: Puré de chirivía, pera y jengibre Puré de chirivía, pera y jengibre
Las chirivías son una gran fuente de fibra y vitamina C. Las peras son una buena fuente de vitamina C, fibra y potasio.
El jengibre es un antiinflamatorio natural que ayuda a aliviar el tracto digestivo y a reducir los gases en los bebés propensos a sufrir cólicos o reflujo (es decir, dolor de barriga). Si buscas cómo añadir más purés a la dieta de tu bebé, con esta receta lo conseguirás sin que tenga la sensación de estar comiendo alimentos pensados para adultos.
Sección: Puré de cerdo y mango Puré de cerdo y mango
- Cocer el cerdo.
- Cortar el mango en trozos pequeños y desechar las semillas.
- Triturar el mango y la carne de cerdo hasta obtener una mezcla homogénea. Puede hacerlo en un robot de cocina o una batidora, o simplemente con una batidora de inmersión en un cuenco grande.
- Viértalo en cubiteras y congélelo hasta que se solidifique, unas 2 horas; luego páselo a bolsas de congelación para conservarlo durante más tiempo (hasta 6 meses).
- Para servir: descongelar toda la noche en el frigorífico; calentar a fuego lento hasta que esté humeante; servir inmediatamente como papilla o hacer un puré con más líquido (como leche materna) si es necesario antes de servir.
Para llevar: Los potitos caseros son beneficiosos para tu hijo.
Hacer tu propia papilla es una forma estupenda de dar a tu hijo la nutrición que necesita y de ayudar al medio ambiente.
- Es bueno para tu hijo. Se ha demostrado que los potitos hechos en casa son más nutritivos que los comprados en la tienda, porque puedes controlar qué ingredientes llevan y asegurarte de que son frescos.
- Además, muchas marcas comerciales utilizan conservantes u otras sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para el organismo en desarrollo de los niños, y estos aditivos suelen estar ocultos en las listas de ingredientes.
- Hacer tus propios alimentos garantiza que lo que le das a tu pequeño es sano, seguro y delicioso (lo que es especialmente importante cuando llega el momento de la comida sólida).
- Además, ¡es bueno para el planeta! Comprar productos precocinados implica tirar todo tipo de residuos de envases; ¡hacerlos tú mismo significa cero residuos! Además, no hay costes de transporte asociados al transporte de productos frescos desde los campos de cultivo hasta las cocinas de todo Estados Unidos…
Conclusion
Si puedes, prepara tu propia papilla. Los beneficios son grandes tanto para ti como para tu hijo. Sabrás exactamente qué lleva y tendrás más control sobre lo que come.
Además, si lo haces en casa, no tendrás que gastar dinero en caros tarritos o latas de alimentos procesados que, de todos modos, no son tan buenos para los niños.
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